Resumen:
El texto destaca la importancia crucial de la educación temprana en los niños, desde su
nacimiento hasta los tres años, como un período fundamental para su desarrollo físico,
emocional y cognitivo. Subraya cómo un programa adecuado en esta etapa puede mejorar
su entorno diario y prepararlos de manera integral para la vida escolar y emocional. La
educación temprana, centrada en el desarrollo integral del niño, no solo busca su crecimiento
individual, sino que también apoya a las familias en este proceso. Se enfatiza que la
escolarización temprana busca el desarrollo físico, mental, emocional y social de los niños
menores de cuatro años, involucrando a tutores, cuidadores y educadores para proporcionar
una formación integral. Se destaca la importancia de esta educación en la mejora de las
circunstancias y oportunidades para los niños, permitiéndoles expandir sus capacidades
psicológicas, lingüísticas, motoras y afectivas. Además, se señala el papel esencial de la
educación temprana en fomentar el interés del niño por actividades en el entorno familiar,
local y escolar, así como en promover el entendimiento y respeto hacia la naturaleza. El
texto subraya que esta etapa inicial es crucial para sentar las bases del comportamiento
humano y el aprendizaje, y destaca la importancia de complementar el trabajo familiar con
programas educativos que consoliden y potencien el desarrollo infantil. Se resalta la
presencia de profesionales multidisciplinarios en centros de atención temprana, cuyo
objetivo es brindar atención integral y educativa a los niños, apoyando su crecimiento en
todos los aspectos.